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(073) 613342Son las columnas donde se instituye el proyecto de vida de la Orden de los Hermanos Menores, incorporados en el pueblo de Dios, bajo la acción del Espíritu Santo. La Orden de los Hermanos Menores, fundada por San Francisco de Asís, es una fraternidad en la cual los Hermanos están dedicados totalmente a su profesión, viviendo en la Iglesia el Evangelio según San Francisco.
Según San Francisco de Asís, todo lo que hagamos o realicemos debe ser para la gloria de Dios, porque la vida franciscana tiene su centro en Él. Nos enseña a vivir en sencillez y amor, donde la Eucaristía se convierte en la fuente que emana la gracia de Dios y donde fluye su fuerza para hacernos discípulos y misioneros. Fr. Guillermo Burgos Orellana, O.F.M., promotor de la institución educativa particular “Hogar San Antonio” de Piura, manifiesta que la vida de oración de San Francisco de Asís, fue muy profunda y primordial, fundó la orden de los franciscanos de acuerdo con los requisitos de la Iglesia y pedía a los frailes obedecer a los obispos.
Para San Francisco de Asís, la vida en fraternidad, fue unas de las formas concretas que se planteó para seguir a Jesucristo. Dejó a sus hermanos, un testamento con el proceso de vida a seguir. En primero lugar, expresaba que Dios le concedió entrar en conversión, manifestado en los leprosos y en sus actitudes de misericordia. Es en este documento de Francisco, que es considerado uno de los escritos más valiosos, donde se encuentra la frase: Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba qué debía hacer, sino que el Altísimo mismo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio. Esta parte del testamento nos sumerge al origen de la fraternidad, el principio de la visión fraterna en Francisco.
La conversión parte en Francisco del descubrir a Dios como el Padre, es fruto de la iniciativa de Dios, que se alcanza con el encuentro con el otro, no como enemigo, sino al descubrirlo como prójimo, y es por ello que los primeros frailes son formados en un leprosario.
Él exhorta que los hermanos deben gozarse al estar y convivir con gente de baja condición. La fraternidad para Francisco de Asís, tiene un elemento importante, ese es la acogida; el ser fraterno para el santo, implica acoger benignamente a toda humana criatura, sin contexto, sea amigo o adversario, ladrón o bandido.
Desde la visión del santo, la fraternidad perfecta es aquella que reúne en sí los dones de cada hermano, puestos al servició. Cada hermano es único, es diverso y posee una riqueza interna, por eso para Francisco contempla que la fraternidad es el conjunto de cada hermano con su diversidad, que puesta al servicio es una riqueza.
“La minoridad franciscana se presenta como lugar de encuentro y de comunión con Dios; como lugar de encuentro y de comunión con los hermanos y con todos los hombres mujeres. finalmente, como lugar de encuentro y de comunión con la creación”, manifestó el Papa Francisco a los miembros de las Familias Franciscanas de la Primera Orden y de la Tercera Orden Regular, tras su visita al Vaticano el jueves 23 de noviembre del 2020. El Santo Padre, agradeció a los “hermanos menores”, por su loable labor en favor de los pobres y necesitados.
¿De dónde le ha venido a Francisco la inspiración de poner la minoridad como elemento esencial de su fraternidad? “Podemos decir que la minoridad, nace de la encarnación del hijo de Dios y la resume con la imagen del hacerse pequeño, como una semilla; es la lógica del hacerse pobre y despojarse”, enfatizó el Santo Padre. Además, explicó que la vida de Francisco estuvo marcada por el encuentro con Dios pobre, presente en nosotros por Jesús, ejemplo de humildad y sencillez. Sabemos que una de las imágenes evangélicas que más impresionó a Francisco es aquella del lavatorio de los pies a los discípulos en la Última Cena.
El objetivo de la formación, consiste en acompañar y guiar el proceso de maduración humana, cristiana y franciscana del hermano en la fraternidad; vivir según el Evangelio de Jesucristo, de tal modo que siguiendo sus huellas y bajo la acción del Espíritu Santo, somos configurados en Cristo, a ejemplo de San Francisco.
Para alcanzar este ideal se entra en un proceso de conversión y crecimiento, tanto del hermano como de la fraternidad. “Hermano Antonio, mi obispo, te autorizo a que le enseñes teología a los hermanos”, fueron las palabras que San Francisco le dejó a San Antonio de Padua, esa autorización es una toma de conciencia de que vivir el Evangelio es una experiencia de fe, que no puede estar desligada de la razón. Se vuelve para nosotros una experiencia vital en el proceso de maduración y de crecimiento en la fe y en la vocación franciscana.
San francisco, reconoció a Dios como sus padres y a su causa consagró toda su vida, su experiencia evangélica estuvo enfocada bajo un espíritu místico de igualdad entre todos los seres de la creación, porque predicaba a las aves del cielo y a lobos en su afán de transmitir la grandeza de Dios. “Hermano Sol, hermana Luna”, fue una frase que sintetiza la teología franciscana en toda su magnitud.
Para Francisco, como para todo verdadero penitente, es necesario, antes de evangelizar, evangelizarse, es decir, hacerse “evangelio viviente”, guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin propio y en castidad.
La máxima aspiración y propósito de Francisco, era observar en todo y siempre el santo Evangelio y seguir la doctrina de nuestro Señor Jesucristo y sus pasos con suma atención, con todo cuidado, con todo el anhelo de su mente, con todo el fervor de su corazón.
El saludo “Paz y Bien”, es como el lema de la evangelización franciscana, la paz de Cristo está allí donde cada uno es salvado plenamente en armonía con todos los demás, donde el ser auténticamente uno mismo, es fundamento del poder estar en caridad junto a los demás.
"Que la paz que anuncian con sus palabras, este primero en sus corazones" San Francisco de Asís".